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sábado, 30 de julio de 2016

RESEÑA HISTORICA PARROQUIA EL JUNQUITO - Fuente:EPALE



PARROQUIA EL JUNQUITO: TODO EMPEZÓ EN LA LAGUNA

POR JOSÉ JAVIER MENESES • JOMENOB@GMAIL.COM / FOTOGRAFÍAS ENRIQUE HERNÁNDEZ

En el lugar donde está la Plaza Bolívar del pueblo se hallaba una laguna. Esta laguna era el abrevadero de las recuas de arrieros que desde principios del siglo XX transportaban vegetales desde la hacienda El Tibrón hasta los mercados, llamados rancherías, de Mantecón en Catia, de Párate Bueno en Antímano y de Palo Grande, que estaba en un sitio aledaño a la hoy avenida San Martín. Hubo otras haciendas en nuestra región, como Sabaneta y Sagüina, pero El Tibrón fue la más importante.
Mientras las bestias tomaban agua, los arrieros ajustaban los amarres. Por esta razón la laguna también era conocida como un apretadero. Estaba llena en sus entornos de una planta pequeña, de tallo verde intenso, recto y puntiagudo y en apariencia muy rígido. Alguien comentó que esa mata se llamaba junco, pero como las mulas y burritos la comían y la dejaban muy corta la gente comenzó a llamarla junquito, y el sitio comenzó a ser llamado Laguna de Junquitos. Ese nombre le quedó a una región declarada parroquia el 8 de junio de 1987. El nombre científico de esta mata es Juncus effusus y es posible hallarla aquí en parajes húmedos.

A mediados de los años 30 llegó don Emilio Castillo con su familia. Era un negro alto y serio que fabricó su casa cerca de la laguna. Era un verdadero alarde de valor para una familia procedente de Barlovento, o de alguna región más oriental, residenciarse en un sitio tan frío que el agua amanecía cuajada en los aleros de las casas y, a veces, para sacarla de los pipotes había que romper la escarcha de la superficie.
 
En 1938 se fundó la Escuela de Policías. Así que comenzaron a pasar muchas personas, sobre todo estudiantes y sus familiares, junto a la laguna y frente a la casa del señor Emilio Castillo, quien tuvo la idea de sacar un gran caldero y freír trozos de carne de cochino para venderlos en platos de peltre. Le comenzó a ir bien y pronto tuvo competencia, hasta el punto que hoy en día esa manera de preparar esta carne se conoce con el nombre de cochino frito tipo Junquito.
Hay muchos personajes relacionados con El Junquito; por ejemplo, el general Isaías Medina Angarita. En 1942, siendo Presidente de Venezuela, mandó a construir su casa de campo en el Kilómetro 22. Era un hombre amable que gustaba de salir a caminar por los alrededores con una cobija sobre los hombros, que obsequiaba a familias humildes. También regalaba algo sumamente difícil de conseguir en aquellos años en estas tierras: pescado fresco. En una ocasión, pasaba frente a su casa un hombre con varios caballos y el General le propuso que se los alquilara. El jinete, que se llamaba Jesús “Chuchú” Meneses, se extrañó mucho de que alguien quisiera alquilar caballos, pero accedió y así el General pudo pasear a sus hijos. “Chuchú” Meneses no sabía cuánto cobrar, entonces el General le dio 5 reales (2 bolívares con 50 céntimos), que era un dineral. Desde entonces, el General y otras familias volverían para alquilar caballos.





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