Carta abierta
a los disidentes del chavismo Fuente Aporrea.
Estimados Compatriotas:
No voy a tratarlos con epítetos. No voy a caer en
el expediente fácil de llamarlos traidores ni a suponer en ustedes motivos
viles o indecentes, aunque no descarto que algunos los tengan, lo que no me
daría el derecho a generalizar. No voy a expulsarlos del Paraíso, entre otras
cosas porque estoy seguro de que muchos de nosotros nos reencontraremos en este
largo camino ¿Por qué no? ¿Acaso no ha ocurrido? Como decía un comentarista
deportivo ya ido: las he visto más feas y se han casado. El actual gobernador
pesuvista del estado más importante de Venezuela, Arias Cárdenas, fue candidato
presidencial "unitario" de la derecha contra Chávez y hasta lo
comparó con una gallina. Herman Escarrá fue el principal abogado de la
ultraderecha y ahora es el constitucionalista favorito de la Revolución.
William Ojeda era un beligerante y bullanguero parlamentario de la oposición y
ahora anda de este lado. Como Arias Cárdenas, ensayó el doble salto de
talanquera: de aquí para allá y de allá para acá. El actual vicepresidente
ejecutivo de la República, Aristóbulo Istúriz, tuvo su aventurilla antichavista
y hasta se preguntó alguna vez públicamente si acaso Chávez se había fumado una
lumpia.
Acusar a alguien de traidor es establecer una
distancia irreversible. Un traidor es, por ejemplo, un delator. O alguien que
se vende al enemigo por treinta monedas, como Judas. O un amigo al que le das
alojamiento en tu casa y te roba la mujer, los corotos, lo reales y hasta la
casa misma. La traición es irremediable y hay que tener mucho cuidado con las
palabras que se usa, aunque en política es muy fácil el olvido, si es lo que
conviene.
Dicho esto, creo que queda claro que
fundamentalmente estoy en desacuerdo con ustedes, lo cual abre la interesante
posibilidad de un debate de ideas, que es lo bonito, lo apropiado, lo
aleccionador para todos. Voy a intentarlo.
Ustedes, compatriotas, están dejando que los
árboles les tapen el bosque. En la naturaleza existe algo que se llama
dialéctica, aplicable también, claro está, a la sociedad humana. No es un
invento de Marx, es una precisión científica. La principal ley de la dialéctica
es la de la unidad y la lucha de contrarios. Todos los fenómenos que ocurren en
la Naturaleza son el resultado de la lucha de elementos contrarios, que se
hallan unidos en el mismo ser o fenómeno, siendo la causa de todo movimiento y
cambio, también en la sociedad y en el pensamiento. Con esta ley se explica el
origen del movimiento.
Existe, por otra parte, el concepto de
"contradicción principal", explicado diáfanamente por Mao Tse Tung en
su célebre obra "Sobre la contradicción", donde el líder chino
asienta: "En el proceso de desarrollo de una cosa compleja hay muchas
contradicciones y, de ellas, una es necesariamente la principal, cuya
existencia y desarrollo determina o influye en la existencia y desarrollo de
las demás contradicciones… De este modo, si en un proceso hay varias
contradicciones, necesariamente una de ellas es la principal, la que desempeña
el papel dirigente y decisivo, mientras las demás ocupan una posición
secundaria y subordinada. Por lo tanto, al estudiar cualquier proceso complejo
en el que existan dos o más contradicciones, debemos esforzarnos al máximo por
descubrir la contradicción principal". Y además, muy importante:
"Cuando el imperialismo desata una guerra de agresión contra un país así,
las diferentes clases de éste, excepto un pequeño número de traidores, pueden
unirse temporalmente en una guerra nacional contra el imperialismo. Entonces,
la contradicción entre el imperialismo y el país en cuestión pasa a ser la
contradicción principal, mientras todas las contradicciones entre las
diferentes clases dentro del país… quedan relegadas temporalmente a una
posición secundaria y subordinada".
¿No está acaso Venezuela, junto a toda
Latinoamericana, sometida a una guerra de agresión (no convencional) por parte
del imperialismo norteamericano? Esa es la contradicción principal presente en
el escenario, no solo en nuestro continente, sino en el mundo todo. La
contradicción principal de la sociedad humana actual es aquella que enfrenta al
imperialismo norteamericano y sus aliados, por un lado, y las naciones y
pueblos oprimidos, por el otro. Todas las demás contradicciones presentes se
subordinan a esa y hasta que esa contradicción no se resuelva, no habrá
socialismo victorioso. De manera que si acaso Maduro está "más loco que
una cabra" (Pepe Mujica) o si se critica que hay corrupción, o que el
burocratismo y la ineficiencia colonizan al Estado y al PSUV, o que se cometen
errores económicos (en algunas se lleva razón, en otras no tanto), ninguna de
esas críticas borra ni puede estar por encima de la contradicción principal, de
manera que la gran tarea actual de los revolucionarios venezolanos es defender
la Patria y enfrentar la agresión imperialista. Y eso pasa por rodear y apoyar
al gobierno de Nicolás Maduro y a la dirigencia revolucionaria, por más
críticas que tengamos, que en mi caso no son pocas, como todo el mundo sabe. Y
les diré por qué.
El pretexto principal del imperialismo y la derecha
en este momento es el llamado a Revocatorio. Eso no lo digo yo, sino el Imperio
mismo, concretamente en el documento que se refiere a la injerencista Operación
Venezuela Freedom-2, fechado el 25 de febrero de 2016 con la firma del
Almirante Kurt W. Tidd Comandante del Comando Sur, y donde se expresa
textualmente: "Con los factores políticos de la MUD hemos venido
conformando una agenda común, que incluye un escenario abrupto que puede
combinar acciones callejeras y el empleo dosificado de la violencia armada. Por
supuesto, hay que seguir impulsando como cobertura el referéndum o la enmienda
que se apoya en el texto constitucional y que sirve para censar, movilizar y
organizar una masa crítica para la confrontación".
De manera que cuando ustedes se ponen a respaldar el
llamado a Revocatorio, en realidad están apoyando, sépanlo o no, quiéranlo o
no, el plan intervencionista del imperialismo contra Venezuela. Ustedes parecen
creer que el tema del Revocatorio es un asunto jurídico, cuando en realidad es
un asunto político. El imperialismo y la derecha se opusieron férreamente, en
su momento, a la aprobación de la Constitución Bolivariana y luego la han
violado una y otras vez de diversas maneras. Ahora aparecen como adalides en su
defensa, con la única intención de utilizarla para derrocar a Maduro, dar al
traste con la Revolución Bolivariana e imponer la restauración del régimen
neoliberal, arrasar con el chavismo y poner a Venezuela al servicio de los
intereses del imperialismo, como están haciendo Macri en Argentina y Temer en
Brasil, conjurados con otros gobiernos de derecha para golpear la integración
latinoamericana y diluir los avances de ese proceso que fue encabezado por Hugo
Chávez. Ya vemos como pugnan por desconocer el derecho que asiste a Venezuela
para asumir la presidencia pro témpore del Mercosur.
Se ha puesto en boga el concepto de
"progresismo" para definir a los regímenes de izquierda
latinoamericanos. A mí me gusta el término. Creo que en el tema de la
construcción del socialismo, hay todavía mucha tela que cortar. Yo mismo he
caracterizado a Venezuela como un país capitalista con un gobierno popular de
tendencia socialista, con un plan de transición al socialismo. Pero esta es una
definición demasiado general y limitada, aunque en esencia creo que correcta.
Pienso que ninguno de los gobiernos de izquierda latinoamericanos es
propiamente socialista (quizá con la excepción del cubano, pero ni siquiera
estoy seguro de eso). El socialismo es un desiderátum más que una realidad,
falta un largo y sinuoso camino por recorrer. El socialismo parece más bien una
escuela primaria donde todavía estamos aprendiendo las primeras letras y aun
nos falta muchísimo para alcanzar el grado final.
En todo caso, compatriotas, creo que ustedes están
profundamente equivocados. En este momento nuestros pasos se han separado.
Tengo la sincera esperanza de que nos volvamos a encontrar en esta dura lucha
contra el imperialismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario